sábado, 3 de mayo de 2008

El festival de cine independiente, mejor conocido como BAFICI ,tuvo lugar del 8 al 20 de Abril en la ciudad de Buenos Aires y se ah consagrado nuevamente como uno de los festivales mas importantes del mundo, con un record de ventas.
Esta es la décima edición, y contó con la participación de algunos de los directores de gran reconocimiento, que abrieron debate sobre sus filmes.

Eh disfrutado de la proyección de dos filmes muy diversos entre si , pero ambos invitaban a la reflexión, era imposible esquivar esos interrogantes que acechaban a lo largo de ambas proyecciones, porque no solo era lo que se contaba, sino lo que se dejaba inmiscuir del propio director, expresaban ideales , mas que ideas, y mensajes mas que palabras.

"Una mirada de reconocimiento"

Clases de espectadores que concurren a un shopping

El viernes 11 de abril ,en el cine Hoyts del shopping Abasto, se reproducía el film”Morceaux de conversations avec Jean-Luc Godard” del director Alain Fleischer .
Fue muy arduo conseguir las entradas, la cola era inmensa a pesar del horario, las .12.30 del mediodía. La actitud de la gente era muy ambigua ,por así decirlo, había grupos bien diferenciados. Por un lado los “intelectuales” a los cuales se los oía comentar sobre lo que próximamente íbamos a ver, una actitud relajada, que acompañaban por lentes de forma rectangular, con algún diseño, “muy original”.
Por el otro lado, estaban los que iban por alguna razón en particular que excedía el simple hecho de disfrutar de una película, y en este caso el perfil era muy diverso.
Desde estudiantes con su libreta en mano, anotando todos los detalles, hasta jubilados extasiados que aprovechaban su condición para obtener una entrada mas barata y un momento de goce personal: el cine, que se ah convertido en un gran privilegio mas que en un lugar de fácil acceso.
Ambos grupos, formados para ingresar a la sala, parecían mezclarse pero, esto solo era una ilusión ,para el primer grupo el saber y la curiosidad no van de la mano . Lo que se observaban eran esas miradas, diferenciales, de algún modo excluyentes.
Esto quedo en evidencia a través de este testimonio que fue recolectado, en este momento de impaciencia por entrar a la sala:


Diego de 29años , recibido de la carrera diseño de imagen y sonido, opina que no le parece mal, que a este tipo de eventos concurra gente de diversos ambientes , pero aclara, que no soporta las actitudes pochocleras de los espectadores acostumbrados a películas taquilleras, como pararse , hablar durante la película y comer! por eso asegura que encuentra en estos eventos , su lugar, ya que la gente que concurre puede ser de ese estilo, pero se acopla para no quedar desubicados.

Esta opinión, busca conciliar, acercar a estas dos “especies”de espectadores, pero logra todo lo contrario. Marca bien el nosotros, los que entendemos de cine, del otro el consumista de películas comerciales, el que desconoce el buen cine y sobre todo marca una clase, el otro es el que no sabe comportarse, el que es un “sapo de otro pozo”.
Al ingresar a los largos pasillos que te llevan a las salas, el orden se pierde, la cola desaparece, y el que camina mas rápidamente, conseguirá un mejor lugar.
El lugar preferido es el centro y al medio de la pantalla, y si, es algo lógico, es la mejor perspectiva. La gente se acomoda. Las luces se apagan .Diez minutos de comerciales que auspician el festival ,hay uno en particular que atrae mi atención: Una mujer recibe una bofetada en cámara lenta y a continuación dice:!DESPERTATE!,el cine esta cambiando.
Me invita a la reflexión, era claro, el cine cambia porque las personas cambian, y traen nuevas ideas, originales. No pude evitar preguntarme si los públicos cambian o solo era mi perspectiva. En realidad esa propaganda invitaba a un publico en particular al taquillero, el hooliwoodense y quería despertar a los dormidos, Esta observación hizo que mi mirada se afilara aun mas, porque esas diferencias, con cada nueva mirada, se transformaban, se volvían mas evidentes.

La película, era un documental, sobre el talentoso director de cine Godard, reflexionaba, sobre las miradas y las historias del cine. Fue densa, muy larga, y dirigida a un publico que conociera minimamente su vida. De nuevo vuelve el tema de las perspectivas, pero esta vez enfocado desde la mirada, y esta ya es personal, no se tata de grupos ni de exclusión, sino de particularidades, de diversidad.

Clase de espectadores que concurren a un museo

Mi segunda visita al BAFICI fue el sabado19 de Abril, el lugar elegido fue el museo Malva, con el objetivo de disfrutar esta vez de un film, con trama, con desenlace, y por supuesto de observar al publico que visitara ese lujoso y hermoso teatro, que supuse, seria muy diferente al de un shopping.
La infraestructura, era increíble, parecía una gran caja de cristal, el lugar era otro, el ambiente, y el publico también.
Había una mínima cola para obtener la entrada y para mi sorpresa los grupos no estaban marcados, porque ya no eran grupos, predominaba una clase de espectador, el que conocía de cine, y entre ellos compartían el gusto por el arte, pero por supuesto generalizar seria un grave error, esto fue lo que percibí de primera impresión. Pero pude descifrar que lo que predominaba era una apariencia, una buena actuación, para formar parte.
No fue fácil poder llegar a este resultado, pero fue posible realizando una entrevista.
Lo primero que hice fue preguntarle a 4 personas que me denegaron la respuesta, alegando, vergüenza. Hasta que por fin , una mujer, de cabello rubio, teñido, con un sacón de lana de color bese, respondió mis preguntas.

Cristina, de 58 años, profesora de yoga,
-¿Conocía el BAFICI?
Cristina-Si por supuesto, yo soy una precursora, desde el comienzo concurro.
-recuerda la primer película que vio el el festival?
Cristina-Mmm, mas o menos ,no recuerdo el nombre, vengo desde siempre porque en mi cumpleaños 45 vine con mi hija que reside en España.

Al terminar de realizar estas preguntas, me sentí satisfecha había recolectado un testimonio de un verdadero amante del cine, y del BAFICI.
De lo que no me percate, fue que el BAFICI solo tiene diez años de vida, y según la entrevistada, ella concurre desde sus 45 años. O Cristina concurría a una sala vacía y no se daba cuenta o era mentira, para aparentar ser una especialista del tema.
Me pareció un dato para nada menor.
La película elegida fue The Embryo Hunts in Secret del director Koji Wakamatsu, una historia sexual, un hombre que no puede resolver su complejo de Edipo, y secuestrará una mujer para que se convierta en su esclava sexual. Muy impactante, con escenas de dolor muy profundo y un final muy poético.
La sala poseía una alfombra de color rojo intenso, con butacas modernas, lujosas y cómodas.
Al terminar la película ocurrió algo repetido, que también había ocurrido en la proyección del film de Godard, el público se paro y se retiró de la sala, sin comentarios, pero lo mas impactante: sin aplausos. Todavía no pude comprender si ,no les gusto la película o fue falta de educación, o quizás, ante la duda de salirse del protocolo, del guión, decidieron evitarlo.

Algo comun a todos

Aunque los ambientes, los lugares y el tiempo variaron, se mantuvo lo artificial, algunos espectadores me provocaron indignación, pero comprendo que son personas que también se encuentran en la vida, afuera de un cine y que les resulta muy difícil separarse de su personaje.

El BAFICI me parece un espacio excelente donde la gente de distintas clases, conocimientos y aptitudes puedan visitar, y seria algo triste que en este espacio de arte, de libertad, se filtraran las apariencias y las diferencias de la vida diaria, y que no sea aprovechado este lugar que es, un punto de encuentro entre los “grupos”.
Esta no es una crítica, solo una observación, que pude realizar aceptando mis prejuicios y no pretendiendo que no los poseo.