Cada vez parece reafirmarse lo que decía Caparrós, la existencia de una especie inventada" el lector que no lee", en realidad es la construcción que fabrican los editores o aquellas personas que manejan los filtros de los medios, todo sea por lograr ese puntito más de ventas o del tan recurrente “RATING”.
Pero lo cierto es que los textos extra cortos y las gigantografias para lograr llenar la página son moneda corriente, porque el famoso hojeo de revista se ha transpolado a los diarios, folletines, y hasta la radio. Lo efímero, el no querer perderse nada, paso de ocupar un lugar en las mentes a cristalizarse en los actos.
Si la crónica efectivamente fuere ese intento fracasado de atrapar el tiempo y su fracaso una garantía, quizás sería como llevar un diario intimo, ese que todos alguna vez intentamos llevar, el que escribíamos con ese pensamiento de culpa y disfrute “Si no lo anoto, me voy a olvidar de los detalles, pero si soy constante cuando pasen los años voy a releerlo y me voy acordar de todo”.Pero ese diario duraba tres meses para pasar a ser un libro con hojas, y en donde la mayoría dijese ”ese día no pude escribir, no me acuerdo que hice”, entonces ese intento por atrapar el tiempo también terminaría fracasando.
Cuando Caparrós se refiere a que la palabra evoca, sugiere y no muestra, podría decirse que el enemigo natural por excelencia seria la televisión, porque sin duda nos ofrece el primer servicio al cliente :el entretenimiento, el no pensar . La inmediatez de lo visual es un rival fuerte para la palabra, que requiere de tiempo y construcción.
Pero lo que provee la televisión es la mirada igual, porque la imaginación y la reflexión entran en desuso frente a un escenario no solo guionado, sino puesto en escena.
Quizás lo que no siempre se tome en cuenta es el valor de la crónica, porque esta no cuenta noticias , cuenta eso que de tan corriente que es, no nos detenemos a observar. Una vez me dijeron que lo que hacía especial a las personas eran esas pequeñas cosas, que sumadas te hacían único. Quizás así sea la crónica, esos detalles que juntos hacen la diferencia.
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