lunes, 15 de septiembre de 2008

¿un perfil de asesina?

Lo interesante, tal vez, sea lo fácil que se puede visualizar a esa mujer de cabello rubio, zapatillas de charol con plataformas y una actitud de adolescente stone, fugaz e inquieta.
El escritor Cristian Alarcón presenta a Margarita di Tullio, relatando su infancia, para que de alguna manera se entienda lo que es en el presente. Si bien no niega la delincuencia, su descripción no alude a una asesina, camina con orgullo, se parece más a una oportunista.
A La madame del Neissis II le gusta provocar, baila, seduce, su aire de vedette se ve y se siente.
Pepita la pistolera fue el apodo que le pusieron por asesinar a tres hombres que la asaltaron en su casa, dice odiar a la persona que mata. Creer o reventar.
Pero el caso Cabezas es otro tema, no es chiste, este personaje pareciera ser el perejil para tapar la historia.
Los testimonios, los diálogos, hablan por sí solos, por momentos se escucha la voz de Margarita, sin necesidad de que el escritor remarque o aclare nada.
En la crónica se alterna el testimonio con la mirad del cronista, creando, ahondando la incertidumbre de su culpabilidad o inocencia.

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